sábado, 30 de junio de 2012

La Ley de Murphy

Anna María Island, Florida.  June 2012.


Eduard A. Murphy Jr. fue el primero en poner palabras a lo que todo el mundo sabe desde siempre, "Todo lo que puede suceder, sucede" o "Si algo puede salir mal, saldrá mal". 

Siempre me he considerado una persona muy afortunada, de algún modo siempre he tenido mucha suerte en lo que a mi vida personal se refiere. Pero en mi vida cotidiana, llevo una relación muy estrecha con el pequeño descubrimiento del Sr. Murphy: si algo puede suceder, me va a suceder a de entre toda la gente que me rodea. Eso es un hecho científico comprobado.

Ya desde pequeña, cuando todos los niños jugábamos a trepar por los arboles en el parque, la única que se caía y rompía un brazo era yo.  Recuerdo que el primer día que pasé en Madrid, tras mudarnos desde Oviedo, decidí salir a patinar para explorar mi nuevo barrio. A los cinco minutos de recorrido sobre mis adorados patines, pasé sin darme cuenta por encima de una alcantarilla del Metro y mis ruedas se  quedaron atascadas en ella; como consecuencia me rompí el brazo y un dedo por tres sitios distintos. De modo que empecé en mi nuevo colegio siendo la nueva de la clase, con un uniforme que habían cambiado y no nos habían avisado, y además un brazo escayolado.  

Tras una semana de lluvias y otra de ola de calor en Nueva York, esperaba con ansia la semana de playa y sol en Florida. Sospechaba que algo pasaba cuando consulté las previsiones del tiempo y había mucha nube, pero todos me dijeron que era normal, que allí cambiaba muy rápido el tiempo y que tendríamos sol para tostarnos en la playa.  Ya en el avión, cuando este comenzó a descender en nuestro ansiado destino, la cosa ya no pintaba nada bien, todo eran nubes y lluvia y sobre todo mucho viento; tanto es así que el avión apenas podía frenar en la pista de aterrizaje, pero afortunadamente lo conseguimos. Cuando esperábamos a recoger nuestro equipaje, aún quedaba algún que otro pasajero con cara de susto tras la pequeña aventura. Resultó que el Huracán Debby había decidido visitar Florida también, que dicen que es muy agradable en esta época del año.

Pero es cierto que tras la tormenta siempre llega la calma, y no hay mal que por bien no venga. La afamada Ley de Murphy hace que mi vida a veces sea toda una aventura, y aunque en ocasiones sea desesperante, también la hace mucho más divertida.






Anna María Island

Anna María Island, Florida. June 2012

sábado, 16 de junio de 2012

Graffiti en NYC

SoHo, New York. June 2012


Siempre me ha asombrado esa necesidad, casi innata al ser humano, de firmar en las paredes de un lugar público. Asombrosamente el origen del Graffiti contemporáneo está en el Imperio Romano. Entre los romanos estaba muy extendida la costumbre de escribir en muros y columnas, consignas políticas, opiniones en incluso insultos; siempre en Latín vulgar.  El término actual proviene del italiano graffiti o graffire.

La historia del Graffiti que hoy conocemos comienza, como no, en Nueva York a finales de los 60.  Uno de los primeros en esta no tan nueva forma de arte,  fue TAKY183. Era un joven griego que trabajaba de mensajero y dejaba su firma allí donde entregaba cada paquete. A partir de el, muchos jóvenes metidos en la cultura del Rap y el Hip-Hop comenzaron a dejar su firma por toda la ciudad, cada vez en lugares más difíciles, como en los trenes del  Metro de Nueva York. 
Paralelamente el artista Keith Haring comenzaba a dejar sus obras en lugares públicos, se hizo tan conocido que sus pinturas pasaron de las galerías del metro a las de arte en muy poco tiempo. Sus dibujos eran tan particulares que enseguida comenzaron a ser imitados, incorporando dibujos a las pintadas, combinando ambos.  

Personalmente, el Graffiti me interesa en sus inicios, como sistema de denuncia y expresión artística urbana. Hoy esta tan extendido que ha dejado de ser "callejero". Por supuesto aprecio muchas de las piezas que se ven en las calles, igual que admiro muchas otras formas de arte. Lo que no consigo entender es la necesidad de estropear el mobiliario urbano con horribles firmas, en su mayoría ilegibles lo cual carece de sentido, para marcar el territorio, como perritos falderos en cada farola.



lunes, 11 de junio de 2012

Llamadas perdidas

Tribeca, New York. June 2012

El primer  teléfono móvil como se concibe hoy en día se inventó en 1981 y se popularizó en todo el mundo a partir de l990. Yo nací en 1988 y tuve mi primer móvil a los 15 años. Hoy en día no solo tengo uno, sino dos (el Español y el Americano)  que me acompañan allá donde vaya.

Es curioso como antes de que este tremendo invento inundase nuestras vidas, miles de cabinas telefónicas poblaban las calles, y este era nuestro único sistema de comunicación telefónica fuera de casa. Recuerdo como a los 6 o 7 años me hicieron aprender el número fijo de mi casa, ya que para cualquier emergencia era la única forma de localizar a alguien. También recuerdo que una de las cosas que me más me divertía era esconderme en alguna cabina telefónica, de aquellas diminutas con puertas correderas. Ya adolescente, como mi móvil nunca tenía saldo, alguna vez me presto su ayuda uno de estos ya nostálgicos inventos. Actualmente a penas se ven por las calles, ya han sido completamente sustituidos por la tecnología móvil,  abandonados a su suerte camino de su desaparición. 

Sus sucesores tienen hoy un papel  fundamental en nuestras vidas. De acuerdo que nos facilitan las comunicaciones y son muy útiles en muchísimos aspectos, pero nos han creado una dependencia total, una adicción. Ya no sabemos hacer nada sin ellos y nos sentimos perdidos si no los tenemos con nosotros.

Que libres nos sentiríamos si fuéramos capaces de volver a usar las agradecidas cabinas y dejar en casa la esclavitud de los móviles.  Pero ¿Es acaso posible la regresión en el progreso tecnológico? 


Estudio del pintor







Estudio de Hugo Fontela, Tribeca, New York. Junio 2012







miércoles, 6 de junio de 2012

El viaje más importante

Seaport, New York. March 2011

Al pensar en la cantidad de gente que inunda esta ciudad día a día en busca de algo que no pueden encontrar en sus lugares de origen, me llama la atención el proceso del viaje en sí mismo. A mí solo me separan de España unas siete horas de vuelo, lo cual me parece realmente cómodo. Sin embargo, una amiga Filipina tarda casi un día completo entre vuelos y escalas en volver a su hogar. Si ya nos remontamos a los inicios del siglo pasado, y más aún en los anteriores, el viaje hacia la ciudad de los sueños se convertía en toda una aventura. 

En mi lugar de nacimiento, Asturias, siempre ha existido la figura del emigrante. De hecho, hay asturianos repartidos por los cinco continentes, y descendientes de los mismos que conocen todos los detalles sobre la tierra de sus antepasados. Además creo que los asturianos tenemos una extraña facultad de localizarnos unos a otros allá donde lleguemos.  Siempre me ha llamado la atención la valentía que habrían de tener aquellos hombres para dejar su hogar atrás y embarcarse en una travesía interminable por el atlántico hasta llegar a la "tierra prometida". Pero lo que más me sorprende es que esos "Indianos", como se conoce en mi tierra a aquellos que se fueron a "hacer las américas", siempre deshacían lo andado para volver al lugar que no les ofreció un futuro mejor, pero les dio la vida. 





lunes, 4 de junio de 2012

It's up to you, New York, New York

Tribeca, New York. February 2012

Al llegar a Nueva York todo el mundo tiene un importante motivo que le ha hecho llegar hasta aquí.  No importa si uno se muda desde un estado vecino o desde el pueblo más pequeño de la India, todos venimos con una "misión" que cumplir.  Lo que me llama la atención es que siempre se trata de una especie de reto personal, como dice la famosísima canción "If I can make it there, I'll make it anywhere".

Muchísimas personas llegan a la ciudad deseando triunfar como cantantes, actores, pintores, abogados;   deseando enamorarse, liberarse, aprender... Miles de deseos de todas las clases empujan a millones de personas a desplazarse hasta aquí. Nueva York es el rasero por el que todo el mundo quiere medirse.  

En mi caso, el sueño es hacer de mi pasión mi profesión. Para cumplirlo aún tengo muchísimo que aprender, quizás es un proceso que nunca acabe, pero Nueva York insufla en mi energía, valor y ganas de seguir. Que son ingredientes muy necesarios para conseguir lo que uno se propone. 

Lo triste, es que igual que muchos llegan, muchos otros se van. Algunos con la satisfacción de haber cumplido una meta, y otros con el dolor de la derrota tras una batalla perdida.Esta es la dinámica de la ciudad. El premio de consolación es que intentarlo aquí, significa más que triunfar en otros sitios... 

"It's up to you, New york, New York...."

New York

Tribeca, New York. February 2012



sábado, 2 de junio de 2012

Avilés

Avilés, Asturias, España. Mayo 2011

Una ciudad inagotable

Midtown, New York. March 2012


Consciente de que es un lujo poder vivir esta ciudad, trato de aprovechar al máximo lo que ella me ofrece. 
Lo que más disfruto es pasear por su laberinto de calles, en cada esquina descubres algo nuevo que antes habías pasado por alto. Nueva York guarda miles de secretos, que te descubre si miras con los ojos adecuados.

Me entretiene mucho contemplar sus gentes, es curioso como aquí nadie se molesta lo más mínimo por que pensarán los demás. Nadie es considerado "raro" por que aquí no hay nada "normal". Cada uno es simplemente distinto

Cuando llegué aquí lo que más me sorprendió fue la amabilidad de la gente. Nunca esperé que en esta ciudad, que es famosa por ser fría, rápida y estresante, pudieran darte una cálida bienvenida. Creo que esto se debe a que, de algún modo, este es un lugar de paso, una especie de "limbo" urbano. Pocos son los nacidos en la cuidad, respecto a la la población total que le da la vida, la gente viene de todas partes del mundo, tienen un propósito , lo cumplen o no, y se marchan de la cuidad; son muy pocos los que se quedan para siempre. Por este motivo pienso que es lo mismo que lleves aquí una semana que cinco años, la ciudad y la gente que en ella vive, te acepta como parte del ciclo en cuanto llegas. Unos vienen, y otros se van, todo el mundo aquí asume eso. Es esto lo que hace que en Nueva York, de una forma u otra, todos hayan pasado por lo mismo, y procuran hacértelo lo más agradable posible.