lunes, 11 de junio de 2012

Llamadas perdidas

Tribeca, New York. June 2012

El primer  teléfono móvil como se concibe hoy en día se inventó en 1981 y se popularizó en todo el mundo a partir de l990. Yo nací en 1988 y tuve mi primer móvil a los 15 años. Hoy en día no solo tengo uno, sino dos (el Español y el Americano)  que me acompañan allá donde vaya.

Es curioso como antes de que este tremendo invento inundase nuestras vidas, miles de cabinas telefónicas poblaban las calles, y este era nuestro único sistema de comunicación telefónica fuera de casa. Recuerdo como a los 6 o 7 años me hicieron aprender el número fijo de mi casa, ya que para cualquier emergencia era la única forma de localizar a alguien. También recuerdo que una de las cosas que me más me divertía era esconderme en alguna cabina telefónica, de aquellas diminutas con puertas correderas. Ya adolescente, como mi móvil nunca tenía saldo, alguna vez me presto su ayuda uno de estos ya nostálgicos inventos. Actualmente a penas se ven por las calles, ya han sido completamente sustituidos por la tecnología móvil,  abandonados a su suerte camino de su desaparición. 

Sus sucesores tienen hoy un papel  fundamental en nuestras vidas. De acuerdo que nos facilitan las comunicaciones y son muy útiles en muchísimos aspectos, pero nos han creado una dependencia total, una adicción. Ya no sabemos hacer nada sin ellos y nos sentimos perdidos si no los tenemos con nosotros.

Que libres nos sentiríamos si fuéramos capaces de volver a usar las agradecidas cabinas y dejar en casa la esclavitud de los móviles.  Pero ¿Es acaso posible la regresión en el progreso tecnológico? 


1 comentario:

  1. No es posible la regresión.....por lo menos, no voluntariamente.....pero siempre están los acontecimientos de la naturaleza....para tener que comenzar de nuevo....La foto está muy interesante...W.

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